Está habiendo un notorio cambio de hábitos en el uso del transporte en las personas. Cada vez se está apostando más por alternativas sostenibles para la movilidad dentro de las ciudades y ha sido en parte debido a la pandemia.
Hace ya muchos años que la gente está cambiando sus hábitos, y está adoptando “estilos de vida saludables”. Esto ha dado paso a “estilos de vida sustentables”, que además de implicar un estilo de vida saludable también busca proteger el medio ambiente. Y esto ha su vez ha desencadenado al término “movilidad sostenible.
La movilidad sostenible aspira a una planificación urbana que restablezca el equilibrio entre todos los medios de desplazamiento (automóvil, transporte público, caminata, bicicleta), que proteja el ambiente y que se articule a la planificación del desarrollo urbano y ordenamiento territorial.
Las sociedades van transformando sus costumbres en el tiempo. El individuo ya no es un ser individual si no que forma parte del ecosistema y esto ha llevado a tener una vida en consonancia con el medio ambiente, a través de procesos como el reciclado, la reutilización, el compostaje, el consumo responsable de los servicios públicos, una alimentación “sana” etc.
Cada vez hay más gente que usa la bicicleta como medio de transporte para moverse en las ciudades, decreciendo lentamente el flujo de usuarios de transporte público y privado.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires en Argentina ha sido una de las pioneras en la expansión de la movilidad sostenible, ya sea en cantidad de rodados por habitantes, en kilómetros de bicisendas y ciclovías, en tecnología aplicada a la política, entre otras.
Cada vez hay más ciudades que se están sumando a este estilo de vida e implantando carriles bicis y alternativas para que la gente opte por este medio de transporte.
Fuente: Movilidad metropolitana sostenible: por qué se convirtió en un gran desafío post-pandémico